Viaje en taxi

martes, 12 de mayo de 2009

John esperaba que el chaval se mantuviera callado durante el trayecto, que no intentara darle conversación como algunos pesados que le toman por psiquiatra y le cuentan sus problemas como si él supiera qué deberían hacer, si no sabía solucionar los suyos ¿Cómo iba a solucionar los de los demás?

John miró al chico por el retrovisor, iba un poco despeinado y tenía los ojos rojos, además llevaba la ropa arrugada como si hubiera dormido con ella puesta, estaba claro que volvía a casa después de una noche de fiesta.

-¿A dónde?- esperaba que fuera un sitio cercano.

-A Woodplace- el chico mantenía en su cara una sonrisita que le ponía de los nervios.

Puso rumbo a aquel lugar esperando que fuera un viaje tranquilo, por el espejo observaba continuamente al chaval, casi de forma involuntaria observaba sus movimientos, aquella sonrisita, no aguantaba verle con esa sonrisita. El joven se metió la mano al bolsillo de la chaqueta y sacó un paquete de tabaco del cual sacó un cigarrillo doblado, lo miró y puso boca abajo el paquete para sacar otro, no quedaban, ese era el último, levantó los hombros en señal de conformismo y se lo puso en la boca. Después empezó a rebuscar en los demás bolsillos, tras unos segundos toqueteándose todo el cuerpo se alzó hacia delante acercándose a la rejilla protectora del conductor.

-Perdona, ¿Llevas un mechero?- inexplicablemente esa mueca seguía en su cara.

-En mi taxi no se fuma chaval.

-Eso no es lo que te he preguntado.- La sonrisa se debilitó y se le frunció un poco el ceño.

-Estupendo, he recogido un tocapelotas.- seguramente sería un viaje pesado.- Pues es la respuesta que te he dado.- Por lo general John no solía hablar mal a los clientes, acostumbraba a ser un taxista complaciente y en ocasiones bobalicón, uno de esos tontitos que quieren complacer a todos, pero aquel no era su mejor día.

-Deberías hablar mejor a tus pasajeros.- El chico se sacó el cigarro de la boca y lo metió en el bolsillo de su camisa.

-Lo siento.- John volvió a su ser, no quería dar mala imagen, si alguien se quejaba podrían despedirle y no podía permitirse perder su única fuente de ingresos.- Fumar te destroza los pulmones ¿sabes?, dicen que se te ponen negros y te provoca cáncer.- Su tono era ahora el de un tipo algo cortillo (ya me entendéis).

-Bueno, de algo hay que morir ¿no?- Sacó de su bolsillo lo que parecía un vale de estos que te dan en la entrada de las discotecas y abrió la ventanilla para tirarlo, al lanzarlo le golpeó en la cara a una anciana que se dirigía al mercado con su carrito de la compra, volvió esa sonrisita con la que había subido al vehículo.- ¿Cómo te llamas taxista?- no parecía importarle mucho la respuesta, solo lo hacía para iniciar una conversación.

-John señor.

-Yo soy Francis.- El chico se percató de su cartera.- estaba a su lado, debió habérsele caído cuando se inclinó a tirar el vale, la cogió y la abrió para revisar su contenido.- Esta semana he gastado más de lo que debería.

El taxista no pudo evitar girar la cabeza y mirar la cartera, de ella asomaban varios billetes de los grandes.- que bien me vendría ese dinero.- sin darse cuenta había perdido la atención de la carretera. De pronto una mujer cruzó corriendo la carretera y antes de que él pudiera reaccionar ya se la había llevado por delante.