Woodplace

lunes, 18 de mayo de 2009

Karl abandonó el bar poco después de Stroud, aún estaba alterado. Un sudor frío resbalaba por su frente y tenía una flojera en su pierna izquierda fruto del nerviosismo, su cara había cogido un color amarillo, parecía estar enfermo. En su mano llevaba un maletín donde guardaba los papeles que su complice le había dado, bien agarrados por si las moscas. Continuamente se pasaba un pañuelo por la cara, cualquier persona con dos dedos de frente se daría cuenta de que estaba preocupado por algo, aunque él intentaba disimularlo.

Miró el reloj, dio un respingo y se puso camino al banco de Woodplace, donde trabajaba como gestor comercial. Por el camino intentaba relajarse, pero esto parecía una misión imposible, cada paso más cerca de aquel lugar era un grado más de angustia que se sumaba.

Solo tuvo que girar dos equinas para encontrase con una gran vía, cuyo final era casi imperceptible, cientos, quizás miles de personas paseaban por allí rumbo a sus respectivos trabajos, a llevar a los niños al colegio o solamente para ir a hacer sus recados. A lo lejos Karl podía ver un placeta que se encontraba en medio de la avenida, algunos niños jugaban allí haciendo caso omiso a sus madres que los llamaban para que fueran a la escuela y unos ancianos jugaban a la petanca en una zona de la plaza reservaba para ello.

Aquella plaza estaba presidida por una secuoya de unos 70 metros de altura. El árbol llevaba ahí desde hacía 150 años, cuando fue plantado en homenaje a un escritor amante de los árboles, en concreto de dicha especie, que había escrito famosos sonetos dedicados a la misma. Alrededor de la secuoya se creó una plaza de pequeñas dimensiones donde la gente pudiera reposar y, más tarde, una carretera para agilizar el tráfico en la ciudad. Tras un accidente en el que un coche chocó con el árbol y en el que perdieron la vida dos hombres (alcohol y conducción no se deben mezclar) se decidió ampliar la longitud de la plaza dándole una forma más alargada, lo que conllevó una ampliación de la carretera que se convirtió en una de las zonas más frecuentadas por los ciudadanos. Debido a esto las más importantes empresas de la ciudad decidieron plantar sus sucursales allí, e incluso hubo algunas que establecieron su sede, como era la tienda de regalos Mc Mirlan, el servicio de correos o el propio banco de Nortplateau.

Karl miró desganado el árbol, se veía a kilómetros de distancia, no tenía ninguna gana de andar todo aquel tramo asique se sentó en una parada de autobús a esperar que pasara, no tardaría. La secuoya había distraído su atención y su espíritu nervioso se había calmado. Efectivamente el transporte público no tardó en hacer su aparición, Karl subió, dio un vistazo rápido en busca de un asiento, solo uno libre, se colocó ahí. Una vez sentado observó al que sería su compañero de viaje al menos durante unos minutos, llevaba el pelo alborotado y apestaba a alcohol, probablemente ese era el motivo por el cual nadie se había sentado junto a él. Un par de paradas más tarde ambos bajaron del autobús, el chico puso rumbo a una cafetería cercana mientras que Karl fue en dirección opuesta hacia el banco.

3 comentarios:

Javi dijo...

Karl es tu mejor personaje, pero siguiendo con la otra historia no hemos avanzado mucho. Le falta contenido aunque supongo que seguirás con él. Aún no he leido las historias atrasadas pero espero hacerlo pronto. Vigila lo que te dije de las frases demasiado largas. Aún se ven por el camino. Nos vemos en la siguiente historia.

José Manuel González dijo...

Realmente no h avanzado nada, perfectamente esta parte de la historia me la podría haber saltado pero he preferido escribirla para practicar un poco la descripción de un paisaje, cosa que creo que no se me da nada bien.

Alicia dijo...

Esta no me ha gustado mucho, solo el final del autobús y quizá lo del árbol también tiene su punto pero siento k no ha pasado nada y leer y que no pase nada es algo k no me gusta, es como ver capítulos de relleno en los k no sucede nada nuevo o interesante, pero sigo pensando k narras bien los detalles y situaciones, me transmite calma y consigo imaginar muy bien todos los sucesos. tk